¿Existen los “adultos mayores”
como tema importante en las noticias de la prensa nacional? ¿Podemos las
personas de “años dorados” contribuir, desde las experiencias y el conocimiento,
al bienestar colectivo?
El tema reviste importancia no
sólo para quienes hemos superado los 65 años; también para los jóvenes de hoy
que esperan llegar a la ancianidad con buena salud y condición económica
apropiada. Recordemos que el actual Sistema de Seguridad Social y de la
economía, del Ecuador y del mundo, enfrentan escenarios inéditos que imponen nuevas
actitudes.
La población adulta no forma parte
del gran mercado consumista y por tanto no recibe atención de la mass media. Así,
los 1.3 millones de “adultos mayores” que nos movilizamos en el Ecuador estamos
casi “invisibles” en la estructura noticiosa. Si hay excepciones, apenas sirven
para confirmar la regla.
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El drama mediático en la muerte del futbolista "Chucho" Benítez |
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Otros datos ilustran el panorama:
En el 2012, según organismos internacionales, los mayores de 60 años representaban el 11.5% del
total de la población mundial, en el 2050 alcanzarán el 22%. En América Latina los
problemas será más graves: la población adulta alcanzará el 25.1%.
La sociedad consumista no brinda
espacios adecuados a la población envejecida. La prensa, según especialistas
renombrados como Shirley Biagi, cumple un papel ordenador del libre mercado. Afirma
que opera con tres fundamentos: 1. Enfocada
en las ganancias; 2. Avances tecnológicos cambian la distribución y consumo de
mensajes; 3. Afectan y reflejan la política, sociedad y cultura.
Un reconocido sociólogo francés,
Gilles Lipovetsky señala “La comunicación mediática se organiza bajo leyes de
seducción y diversión, está restructurada implacablemente por el proceso de
moda, puesto que en ella reinan la ley de los sondeos y la competencia por los
índices de audiencia”. En la misma orilla crítica se ubican intelectuales de
dimensiones universales: Chomsky, Bourdieu, Toffler, Bauman, Martell, Baudrillard,
etc; también decenas de pensadores en América Latina que defienden posturas
humanistas.
Como los adultos mayores del país
ya no son compradores, no reciben
espacio ni tiempo de la gran
prensa y medios audiovisuales, porque está destinada a la rentabilidad que ofrece la farándula,
periodismo rosa y excesivo despliegue de lo deportivo. Por esta vía, se ha
impuesto la cruel sentencia de “sólo vales lo que consumes”.
QUÉ PODEMOS HACER?
Años atrás, la ciencia
consideraba que las neuronas -células del cerebro- inevitablemente se
deterioraban con la edad y no podían regenerarse. La vejez era tránsito a enfermedades mentales y pérdida de
facultades. El descubrimiento de la neuroplasticidad ha producido milagros en
la prevención y curación de dolencias que afectaban las capacidades mentales. Otros avances en
Neurociencias han demostrado los impactos positivos del deporte y el arte en el
mejoramiento y restablecimiento de funciones cerebrales. Todo esto ha logrado
prolongar la vida útil de las personas.
El ser humano de cualquier
latitud en edad madura es “banco de sabiduría” con conocimientos, paciencia y valores
puedo y quiero ser “parte de la solución y no
del problema” económico/social presente y futuro. Es mi manera de ayudar al
país y al grupo de población al cual pertenezco, especialmente en un mundo en el que aumenta la
“información” de manera exponencial hasta construir la actual “infoxicación”.
RESPONSABILIDAD SOCIAL y DD.HH.
Cuando un periódico dedica
frecuentemente grandes espacios al análisis de problemas que enfrentan las personas de edad, merece
aplausos. Son necesidades de humanos que tienen todavía derechos a ser, tener,
estar y hacer a través de protección, afecto y con libertad de preservar su
identidad. En esta noble tarea, las páginas semanales de El Telégrafo, a través de
las excelentes crónicas de Palabra Mayor, son ejemplo de alta sensibilidad
periodística y humana. Observen amigos lectores, en sus periódicos, los
contenidos triviales, nimios, vacuos, intrascendentes, frívolos y bobos que se
publican, en tanto hay otros que deberían estar en primera página. Menciono un
tema: calentamiento global, que es ignorado, ocultado, distorsionado, reducido y
desaparecido de las agendas mediáticas. Las “noticias” sobre los viejos se
pierden entre las del futbol, farándula y las de cualquier cosilla que les
parece más rentable a los medios de comunicación.
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Cada sábado, El Telégrafo publica dos páginas completas |
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El Telégrafo ha destinado más de
60 páginas, además de espacios menores, al examen de las numerosas
facetas de la ancianidad.
Por y con mis derechos, propongo
elaborar una publicación mensual con puntos de vista y opiniones, desde la
óptica especial del jubilado. Es decir, desde lo que nosotros mismos
experimentamos cada día. Con asesoramiento de geriatras y especialistas en diversas ramas,
sugiero reflejar la realidad del viejo desde sus particulares circunstancias y
plantear el estilo de vida más apropiado. Estimo que puede ser una
ayuda oportuna en la búsqueda de soluciones
a los errores del mercado.
Usted, apreciado amigo y jubilado
lector, también puede ser útil en esta causa. Su familia y usted tienen la
oportunidad de demostrar su real y mayor valía. La tarea de construir este
proyecto no será fácil, pero creo que bien vale la pena de morir en el intento.
Su opinión será bienvenida a mi correo:
wabrilf@andinanet.net.
Ah…, me olvidaba decirle.
Seguramente usted también estará envejeciendo. No importa la edad que tenga
ahora, mañana o la que alcance a vivir (el tiempo pasa volando), y tendrá 65,
70 o más años y le empezará a crujir las articulaciones, a sentir el “peso de
los años” y a sufrir –cada día uno nuevo- los síntomas de las “juventudes
acumuladas”. Sentirá más frío en la cabeza (porque no tendrá cabello), y mucho
más frío en el cerebro cuando comienza a olvidar el lugar donde dejó a las
cabronas llaves. Entonces, si puede, recuerde que puede echar una penúltima
cana, en la publicación que llevará este nombre y que tendrá mucho
gusto de recibir alguna colaboración suya.
Penúltima Cana
porque siempre tendremos tiempo y posibilidades para tomarnos una copa de buen
vino, comentar un buen libro, disfrutar de un hermoso crepúsculo andino y,
especialmente, compartir una sabrosa conversación. Penúltima Cana
porque cuando nos llegue la última y final, realmente habremos muerto.

La imagen siguiente corresponde al artículo publicado en revista PANORAMA, editada en Ambato (Ecuador) y con circulación en seis provincias centrales del país. Es la maqueta original de la publicación preparada desde las experiencias de nosotros, los adultos mayores, y tratará temas con estos enfoques. Solo nosotros podemos crear y proponer "nuevos estilos de vida", con el análisis de las vivencias cotidianas, de hombres y mujeres; desde las dolencias y aspiraciones. Aquí seesperan examinar con frontalidad temas como el abandono, las enfermedades terminales y hasta la eutanasia o "muerte con dignidad".
Espero sus colaboraciones.