martes, 22 de julio de 2014

ES IMPORTANTE LA CULTURA PARA LA ECONOMÍA?



¿Es la cultura de un país una herramienta poderosa para su desarrollo económico? ¿En la economía globalizada, las variadas manifestaciones artísticas son apenas expresiones simples de cultura  nacional o, por el contrario, importantes  “activos intangibles” que tienen alto valor de mercado? Estas preguntas se asocian a una de mayor complejidad: ¿la falta de cuidado en la preservación de la cultura de un país, puede poner en riesgo su sobrevivencia en el complejo mundo de hoy? 

Estas preocupaciones tienen importancia mayor cuando la internacionalización profunda de economía, negocios y cultura rebasan las fronteras geográficas, imponen modos de vida y debilitan a los Estados-Nación. La penetración cultural de los países desarrollados determinan las conductas sociales en países atrasados.
Es oportuno recordar las prevenciones de escritores como Miguel Donoso Pareja sobre la condición de Ecuador como "país esquizofrénico, partido, escindido mental y emocionalmente", factores que multiplican los riesgos y los impactos negativos. 
Según la UNESCO  “las industrias culturales son una fuente económica a la vez que portadoras de unos valores sociales y culturales”. La cuantificación de estas materias es  compleja en la medida que las cambiantes y dinámicas Tecnologías para la Información y Conocimientos TIC´s han materializado la predicción sobre la “aldea global”. Con el Internet han caído las fronteras geográficas y los múltiples aspectos de la cultura que inciden en el desarrollo violento de la I+D+i para la producción de bienes y servicios económicos, y amplían los escenarios  nacionales, regionales y del planeta. En la actualidad se habla de Industrias Culturales, Economía Creativa, Globalización desde Abajo, Economía Política de la Comunicación y otras nombres que definen a las posturas contrarias a la globalización impuesta por los países ricos.


En este trajín, la cultura –es decir todas las manifestaciones artísticas que nacen en la imaginación del ser humano-,  están siendo utilizadas por las grandes corporaciones y potencias como “punta de lanza” de la neuroeconomía y el neuromarketing  para penetración de mercados,  en banca y finanzas, creación de “imagen marca-país”, y “branding” de marcas comerciales. 
La homogenización de prácticas y valores culturales favorecen los planes y programas de las poderosas firmas transnacionales, como demuestran Noemi Klein en su obra “No Logo”, Frédéric Martel con su estudio sobre  Cultura Mainstream,  Zygmun Bauman sobre consumismo y  hasta Mario Vargas Llosa con su crítica mordaz a la sociedad del espectáculo. Noam Chomsky, el intelectual vivo de mayor credibilidad y respeto del mundo, pone en perspectiva el “mercado global y el fin del “estado-nación”. Los dramáticos cambios sociales del postmodernismos han privilegiado, a la tradicional cultura del romanticismo, al sexo, consumismo y las individualidades egoístas. Ejemplos: el fervor sentimental del pasillo, apasionamiento del tango y romances que fueron cantados en boleros -motivos de serenata para enamorados-, se pierden entre  melodías con letras que invitan frecuentemente a obcenidades. En Ecuador, Carlos Grijalva (foto) es un joven y destacado representante de los nuevos estilos en música ecuatoriana, con magníficas interpretaciones de pasillos y tangos argentinos. Otras figuras encumbradas que revalorizan a la música de Ecuador son Alexandra Cabanilla, Juan Fernando Velasco, María José Tejada y Mariela Condo y otros.

En estos escenarios, tal como demuestran los progresivos descubrimientos de las neurociencias aplicadas, los procesos de comunicación son importantes herramientas utilizables por pueblos y naciones en su lucha por sobrevivir a las exigencias de la globalización.
En el país no se evidencia fuertes acercamientos académicos y prácticos a estas materias, con excepción de Arte Actual de FLACSO  y el Ministerio de Cultura y Patrimonio,  que trabaja –aunque con atraso- en indicadores de cultura para obtener la  “Cuenta Satélite de la Cultura”

CONCEPCIONES NUEVAS DE CULTURA 
El Gobierno de la “revolución ciudadana” está profundizando en sus siete años de gestión, la vigorosa transformación del Ecuador en diversos ámbitos sociales y económicos que anticipan horizontes mejores para el futuro mediato del país. Además, como nunca antes, ha destinado elevados montos de recursos para el fomento de la cultura.

Sin anuncios formales de las autoridades pertinentes, los afanes para la recuperación, fortalecimiento y proyección de la cultura nacional parece tomar en cuenta la mayor importancia que, según varios estudiosos del desarrollo, comportamiento humano y economía, conceden al Capital Social, entendido como elemento de cohesión social de los pueblos que buscan el desarrollo económico, con elevadas tasas de crecimiento del PIB, en largos periodos de tiempo. El Capital Social sería el más importante de los otros tres: capital económico-financiero, tecnológico, y humano. Robert Putnam, Pierre Bordieu y Jean Baudrillard son algunos personajes de obligada mención en estas materias. 
En esta línea, el gobierno nacional actuó acertadamente para crear la Secretaría de Estado responsable de formular y aplicar las nuevas políticas culturales de Patria. 
La prensa comercial escasamente ha informado sobre aspectos que subyacen a decisiones tomadas en el periodo reciente. Pese a numerosas evidencias que ofrecen otros países de nivel económico más elevado y a recomendaciones de organismos internacionales,  el referido a “políticas para una revolución cultural” ciudadana, fue ignorado totalmente. A pesar de su estrecha vinculación con temas de desarrollo económico, conforme demuestran paulatinamente los varios estudios de la economía, ciencias sociales y otras específicas del comportamiento humano, estos enfoques han estado más bien ausentes de foros académicos, preocupaciones de gremios profesionales y también invisibles en espacios de la prensa del Ecuador.
Numeroso  informes técnicos del BID, UNCTAD y foros especializados de Ministros de Educación de Latinoamérica, desde 1988, demostraron la incidencia de la cultura y expresiones artísticas en el comercio internacional, flujos de inversión extranjera y emprendimientos productivos en disciplinas de las artes. Dos años atrás, José Luis Moreno, Presidente del BID, poco después de la muerte del celebrado cantante colombiano Joe Arroyo, señaló públicamente las oportunidades que tienen los creadores y productores de las artes de Latinoamérica, dentro de la llamada “economía creativa” para desarrollar nuevas y mejores capacidades productivas en base a su talento y creatividad artística. Con estudios de UNESCO, destacó que en el 2008 el comercio internacional de bienes y servicios  globales del rubro alcanzó los 406 mil millones de dólares, correspondiendo el 43% a países emergentes.
En el 2010, este mismo rubro participó con el 9% del PIB en Brasil, ocupando el 21% de la fuerza laboral (fútbol, samba, caipirinhas, artesanía artística, música y discos, etc, etc), mientras Colombia (según datos de DANE), registró casi el 4% del PIB. España, según el experto español Juan Pastor Bustamante, señala que las industrias culturales generaron el 5% del PIB, en el 2008 (el año que comienza la crisis económica) y dio empleo a 800 mil personas. 

Un primer dato difundido en Ecuador, con cifras al 2010, indica que el rubro alcanzaría al 4% del PIB. Todavía hay  dificultades para abrir las cifras de las Cuentas Nacionales del Banco Central y  valorar cuantitativa y cualitativamente el “aporte” de la cultura al PIB nacional.   
Una proyección del Econ. Luis Luna sobre el crecimiento económico de Ecuador al 2020, fijando la tasa promedio en 10% anual, indica que el PIB superaría los 63 mil millones de dólares constantes, para una posible participación del sector cultural igual a 2.400 millones de dólares. 

Francisco Vicario, experto de España y consultor internacional,  en evento de FLACSO (2012), a una pregunta del periodista  sobre el escenario que enfrentaría  un  país que no cuida y preserva sus tradiciones y valores culturales como parte de su identidad nacional, respondió tajantemente: desaparece, hombre, desaparece!!


Los datos expuestos y otros de Abril Comunicación Estratégica, destacan la validez de los planteamientos del gran escritor  Jorge Enrique Adoum: "La única argamasa posible para unir lo que nos queda es la conciencia de un país esplendoroso por su multiplicidad geográfica y humana, lleno de posibilidades que él mismo ignora tal vez por temor o por pereza...", en su obra Ecuador: señas particulares. Como en la América Latina toda, los sentimientos, tradiciones y capacidades amatorias se manifiestan de varias formas en la cotidianidad. Ecuador busca preservar para el mundo de la alta tecnología precisamente lo que va olvidando, sus múltiples formas del amor en sus canciones, poesías y paisajes. 
En el país, felizmente ciertos aspectos de la Ley Orgánica de Comunicación y la próxima aprobación de la Ley de Cultura, delinean horizontes mejores para el vasto campo de mujeres, hombres, instituciones y colectivos que laboran en la trama diversa y multicolor de la cultura y, por supuesto, para las políticas del Buen Vivir. Los lazos invisibles de las diversas disciplinas de la cultura nacional deben mantenerse y acrecentarse. Sin moneda propia y con urgencia de tener mayor presencia en el mundo con bienes y servicios nacionales, se requiere una fuerte identidad cultural y artística. 

Este espacio estará dedicado a la recuperación, fortalecimiento y promoción de los valores y creatividad de nuestros artistas, en la más amplia acepción de la palabra.

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