Sobre tema inusual, el siguiente artículo propuse a directivos de revista internacional VISIÓN a mediados del 2010 y se publicó en edición de agosto-septiembre. Consideraba que el complejo fenómeno de la comunicación humana comprendía otros aspectos importantes relacionados con las modernas neurociencias; también con sociología, semiótica, psicolingüística, economía política, conductas individuales y colectivas en los mercados, publicidad y neuromarketing, y otras que progresivamente se han ido descubriendo en centros de estudios avanzados de países altamente desarrollados. En general, la academia de Ecuador no ha cubierto estas áreas.
La mayor disponibilidad de
recursos económicos y talento humano en naciones desarrolladas, con clara visión de objetivos y metas en el futuro, había posibilitado aplicar la fórmula de Investigación y
Desarrollo más Innovación (I+D+i) para los avances de sus
estructuras productivas y ampliación de mercados. Y todo esto, de acuerdo con
las estrategias de cada país y gobiernos, pasaba por los amplios (o estrechos,
según los intereses creados) canales de comunicación, al interior de cada
sociedad, y al mundo.
El periodismo como
parte actuante de los procesos de comunicación social, ha desempeñado un rol
preponderante en el desarrollo económico y social del mundo. En
Ecuador nos hemos quedado en el análisis simple del periodismo, en su papel de
difusionista de noticias y opiniones que han respondido a los afanes de
partidos políticos, gobiernos, grupos empresariales u hombres de negocios. Sentir la
profesión desde la rama del árbol en el que se lo ejerce obliga, en medida
del entusiasmo que se ponga, a subir a la
cumbre para mirar el panorama que se está ayudando a construir. También es indispensable penetrar en las profundidades del soporte, bucear entre sus raíces y hurgar en la tierra que lo sostiene. Mirado el periodismo de esta
manera, entre suelo y cielo, se puede entender y sobre todo valorar la
verdadera importancia que tiene la misión de “in-formar” al público y de formar
una real “opinión ciudadana” que responda a los verdaderos intereses de la
colectividad.
Ahora, con la vigencia de la Ley de Comunicación en Ecuador, se abren nuevas posibilidades de investigación profesional, como nunca antes. Casi un lustro después, con otros descubrimientos de la ciencias que ayudan a interpretar los sucesos del Ecuador, el mundo y Latinoamérica, puedo comprender mejor las posiciones que van tomando los diversos actores sociales de mi país.
Ahora, con la vigencia de la Ley de Comunicación en Ecuador, se abren nuevas posibilidades de investigación profesional, como nunca antes. Casi un lustro después, con otros descubrimientos de la ciencias que ayudan a interpretar los sucesos del Ecuador, el mundo y Latinoamérica, puedo comprender mejor las posiciones que van tomando los diversos actores sociales de mi país.
PSICOPERIODISMO, NEUROCOMUNICACIÓN y DEMOCRACIA
La posible aprobación de una polémica ley de comunicación para los medios de prensa ecuatorianos, conlleva una gran controversia en la cual ha participado hasta el presidente Rafael Correa. Incógnitas y perspectivas de una legislación que puede traer importantes repercusiones en América Latina.
Por Wagner Abril F.
(Corresponsal en Quito,
Ecuador)
El pueblo ecuatoriano está asistiendo a una guerra singular que se
escucha y visibiliza cada día; como ocurre con los icebergs; el problema real
está en que apenas revela una parte de su peligrosa magnitud. El escenario
verdadero de las batallas es el cerebro de cada uno de los casi 14 millones de
ecuatorianos, los proyectiles son las imágenes y adjetivaciones generalizadas
que se lanzan desde el oficialismo contra la prensa y entrecruzan con inocuos
reclamos de los medios noticiosos que buscan las precisiones oficiales y por el
ilegal uso de los medios públicos.
La lucha se produce en el largo y tortuoso proceso de aprobación de una Ley de Comunicación orientada a crear controles y sanciones para la prensa, injusta y reiteradamente calificada por Rafael Correa como “mediocre y corrupta”. El periodismo ecuatoriano ha registrado notables jornadas informativas, varias con trascendencia social. En las recurrentes crisis políticas: 1977, Abdalá Bucaram; 2000, Jamil Mahuad y 2005, Lució Gutiérrez, actuó como catalizador inmediato de las reacciones ciudadanas a los abusos del poder. Como la del todo el mundo, también acusa vacíos y falencias. Se ha dejado absorber en parte por el agrandamiento noticioso y la banalidad del espectáculo, principalmente La televisión con la crónica rosa. Como afirma un comercial de la pequeña pantalla, “la imagen es todo”, con el mensaje implícito que lo demás es lo de menos.
El soporte jurídico para la
actual confrontación es la Constitución aprobada por la Asamblea Nacional en
2008, cuyo articulado dice que las personas tienen derecho a recibir
“información veraz, verificada, oportuna, contextualizada, plural, sin censura
previa (…) y con responsabilidad
ulterior”.
El mandatario llegó rápidamente a
la cima política precisamente con el apoyo de la prensa a la cual ahora
combate. Para materializar su proyecto del Socialismo Siglo XXI con la
“revolución ciudadana”, busca transformar las estructuras profundas de la
economía y sociedad afectadas, según su opinión, por los impactos negativos de
la “larga noche liberal”. Con el mismo estandarte del anti-imperialismo de
algunos Presidentes de la Región: Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba, Correa
ha abierto nuevos caminos para su política internacional que estrechan vínculos
comerciales con Irán, China y Rusia, y un crítico discurso al rol cumplido por
los organismos multilaterales de crédito.
Las raíces del pensamiento
presidencial sobre el papel del Estado en el desarrollo económico y el rol que
desempeñan los medios noticiosos encuentran similitudes con el ideario de Noam
Chomsky, connotado lingüista norteamericano, crítico de la globalización y el
libre mercado, y Heinz Dieterich, inspirador de los fundamentos que proponen la
creación de una nueva sociedad “más allá del Estado y del mercado”.
La oposición al proyecto de ley,
calificado anticipadamente como “Ley Moradaza”, destaca que lo que realmente se
está poniendo en juego es el desarrollo de la economía y sociedad en libertad,
orientados ahora por los estrechos límites del Estado. Las discusiones han
omitido la consideración de circunstancias domésticas y mundiales que
relacionan a la comunicación con experiencias de la economía y sociedad, que
deben ser examinados en las realidades actuales. La última gran crisis
financiera que contaminó la banda y sectores productivos globales, originada en
Estados Unidos (2008), dio paso a formas inéditas de ver y encarar las
ideologías expuestas en la economía política.
Para Rafael Correa esta
circunstancia le posibilita justificar su objetivo resumido en la frase de René
Ramírez, Secretario Nacional de Planificación: eliminar la “Estado burgués,
corporativizado y privatizado”.
El afán presidencial para obtener
el apoyo de la estructura de comunicación nacional a sus tesis sufrió severos
traspiés por el estilo agresivo de su discurso, la incapacidad de poner en
evidencia las fortalezas y conveniencias de su proyecto, y el desgaste sufrido
en la Asamblea Nacional por su trámite prolongado. El trámite parlamentario
experimentó deficiencias de todos los actores para presentar el futuro posible,
diferenciándolo del deseable, y rescatar la importancia que tienen los procesos
integrales de comunicación, desde otros ángulos del conocimiento, en la
conducta del individuo y en los comportamientos sociales; en el fondo, en
quienes actúan en el mercado.
Ausentes del conocimiento
necesario para examinar las concepciones modernas de la información, el debate
legislativo entre la mayoría oficialista con la oposición olvidó otros
argumentos que inciden en la comunicación del escenario global, como el
referido a las neurociencias. Experimentos múltiples de varias ciencias
controladas por sofisticados equipos que monitorean las reacciones químicas y
eléctricas de las neuronas cerebrales, han comprobado que las respuestas,
acciones y conductas de las personas están determinadas por la información que
recibe del entorno, como la de los medios de comunicación.
Otras investigaciones en el campo de la economía conductual también confirman estos hallazgos. Las decisiones personales de compra-inversión inducidas por sofisticados métodos y herramientas de la información llegan a modificar las tendencias de los mercados, impactando en la creación de nuevas empresas y generación de empleo. Al final de la cadena, en la mayor o menor gobernabilidad que inciden en los modelos democráticos.
Sharon Begley, laureada
periodista norteamericana especializada en la divulgación de temas científicos,
refiere como actúa la “ínsula”, pequeña región del cerebro, -sin que lo
advierta la persona- en el momento de comprar cancelando en efectivo o con
tarjeta de crédito. Los economistas de la conducta, entre los que se distinguen
Daniel Kahneman y Vernon Smith, Premios Nobel 2002, encontraron importantes
datos sobre las decisiones financieras de los individuos en las que intervienen
poderosamente las emociones.
Este amplio, complejo y
desconocido ámbito guarda íntima relación con el entorno comunicacional del
individuo y de la sociedad; establece relaciones estrechas con otras ciencias
fundamentales como la economía, psicología, sociología y una veintena de
disciplinas que confluyen al novel conocimiento.
En Ecuador, si las discusiones de
los asambleístas hubiesen considerado algunos de los planteamientos de las
ciencias económicas, como los de la llamada Teoría Asimétrica de la Información
(TIA), que prueba como las personas guían sus decisiones en el mercado con las
“señales” (publicidad) que reciben de su entorno, se verificaría el poder que
tienen las palabras, los sonidos y las
imágenes para inducir comportamientos en la sociedad. Este fenómeno fue
comprobado dolorosamente por cientos de miles de ecuatorianos a finales de los
noventa, con el congelamiento de sus depósitos en la banca y la pérdida de más
de sesi mil millones de dólares. Los estudios apuntan la mayor culpabilidad a
las autoridades de la Superintendencia de Bancos de entonces.
En ámbitos de mayor desarrollo, una declaración reciente de la Asociación Americana de Economistas, que agrupa al mayor número de laureados con el Nobel de Economía del mundo, puso la guinda en el pastel de los dramáticos cambios que se están operando en el campo de las ciencias. Reunidos a principios de año en Atlanta para hacer un acto de contrición sobre las garrafales equivocaciones cometidas por sus miembros, que fueron el detonante para la severa crisis de la economía estadounidense que contagió al planeta entero, admitieron paladinamente que las cifras, cálculos, teorías y proyecciones matemáticas formulados tradicionalmente por la ortodoxia económica había sido largamente superada por el comportamiento del ser humano. En el seno de las discusiones reconocieron las ineficiencias de los mercados y varios ilustres pensadores refrendaron las tesis sobre la irracionalidad de los individuos en muchas facetas del mercado.
Así, el análisis exhaustivo del
fenómeno de la comunicación, con el aporte de las ciencias modernas, demuestra
que la prensa desempeña un papel cada vez más trascendente en la toma de
decisiones de los agentes económicos, pero también que su tarea de informar y
orientar la opinión ciudadana resulta cada vez más compleja y difícil. Estos
argumentos y otros que profundiza la agenda de VISIÓN, describen, en la
práctica, el imposible físico de cumplir las directrices de la ley propuesta
para entregar información veraz, verificada, oportuna y contextualizada. Cuando
el mundo vive la era de la innovación –superadas las etapas de la información y
del conocimiento-, las tareas de la comunicación profesional son radicalmente
más complejas.
El salto del Homo Oeconomicus al Homo Ludens impone los conceptos del Psicoperiodismo y Neurocomunicación, como profesiones-síntesis de otras que, como las neurociencias y las teorías cuánticas, están relacionadas con las conductas humanas. Por ello resultó paradójico que en las farragosas deliberaciones parlamentarias se haya propuesto que el periodismo sea ejercido sin formación académica e ninguna clase.
En la necesidad de repensar la
misión que hacia el futuro corresponde a la información, es el momento de mirar
en la Región otros modelos de
comunicación, como el Development Journalism (Periodismo para el
Desarrollo), idóneo para las condiciones de países con abundantes recursos
naturales que destinan ínfimos porcentajes del Producto Interno Bruto a la
investigación científica aplicada al desarrollo, y alojan a 224 millones de
pobres y 95 millones de indigentes.
Para ellos la democracia es
apenas una palabra que solo escuchan en sus aparatos de radio como parte de las
tentaciones electorales. Estas realidades, entonces, imponen nuevos paradigmas
para el periodista comunicador.
FIN.-
FIN.-
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