lunes, 3 de noviembre de 2014

DEMOCRACIA, MÁS ALLÁ DEL PERIODISMO




Sobre tema inusual, el siguiente artículo propuse a directivos de revista internacional VISIÓN a mediados del 2010 y se publicó en edición de agosto-septiembre. Consideraba que el complejo fenómeno de la comunicación humana comprendía otros aspectos importantes relacionados con las modernas neurociencias; también con sociología, semiótica, psicolingüística, economía política, conductas individuales y colectivas en los mercados, publicidad y neuromarketing, y otras que progresivamente se han ido descubriendo en centros de estudios avanzados de países altamente desarrollados.  En general, la academia de Ecuador no ha cubierto estas áreas.
La mayor disponibilidad de recursos económicos y talento humano en naciones desarrolladas, con clara visión de objetivos y metas en el futuro, había posibilitado aplicar la  fórmula de Investigación y Desarrollo más Innovación (I+D+i) para los avances de sus estructuras productivas y ampliación de mercados. Y todo esto, de acuerdo con las estrategias de cada país y gobiernos, pasaba por los amplios (o estrechos, según los intereses creados) canales de comunicación, al interior de cada sociedad, y al mundo. 
El periodismo como parte actuante de los procesos de comunicación social, ha desempeñado un rol preponderante en el desarrollo económico y social del mundo. En Ecuador nos hemos quedado en el análisis simple del periodismo, en su papel de difusionista de noticias y opiniones que han respondido a los afanes de partidos políticos, gobiernos, grupos empresariales u hombres de negocios. Sentir la profesión desde la rama del árbol en el que se lo ejerce obliga, en medida del  entusiasmo que se ponga, a subir a la cumbre para mirar el panorama que se está ayudando a construir. También es indispensable penetrar en las profundidades del soporte, bucear entre sus raíces y hurgar en la tierra que lo sostiene. Mirado el periodismo de esta manera, entre suelo y cielo, se puede entender y sobre todo valorar la verdadera importancia que tiene la misión de “in-formar” al público y de formar una real “opinión ciudadana” que responda a los verdaderos intereses de la colectividad.

Ahora, con la vigencia de la Ley de Comunicación en Ecuador, se abren nuevas posibilidades de investigación profesional, como nunca antes. Casi un lustro después, con otros descubrimientos de la ciencias que ayudan a interpretar los sucesos del Ecuador, el mundo y Latinoamérica, puedo comprender mejor las posiciones que van tomando los diversos actores sociales de mi país.


PSICOPERIODISMO, NEUROCOMUNICACIÓN  y DEMOCRACIA

La posible aprobación de una polémica ley de comunicación para los medios de prensa ecuatorianos, conlleva una gran controversia en la cual ha participado hasta el presidente Rafael Correa. Incógnitas y perspectivas de una legislación que puede traer importantes repercusiones en América Latina.

Por Wagner Abril F.
(Corresponsal en Quito, Ecuador)

El pueblo ecuatoriano está asistiendo a una guerra singular que se escucha y visibiliza cada día; como ocurre con los icebergs; el problema real está en que apenas revela una parte de su peligrosa magnitud. El escenario verdadero de las batallas es el cerebro de cada uno de los casi 14 millones de ecuatorianos, los proyectiles son las imágenes y adjetivaciones generalizadas que se lanzan desde el oficialismo contra la prensa y entrecruzan con inocuos reclamos de los medios noticiosos que buscan las precisiones oficiales y por el ilegal uso de los medios públicos.


La lucha se produce en el largo y tortuoso proceso de aprobación de una Ley de Comunicación orientada a crear controles y sanciones para la prensa, injusta y reiteradamente calificada por Rafael Correa como “mediocre y corrupta”. El periodismo ecuatoriano ha registrado notables jornadas informativas, varias con trascendencia social. En las recurrentes crisis políticas: 1977, Abdalá Bucaram; 2000, Jamil Mahuad y 2005, Lució Gutiérrez, actuó como catalizador inmediato de las reacciones ciudadanas a los abusos del poder. Como la del todo el mundo, también acusa vacíos y falencias. Se ha dejado absorber en parte por el agrandamiento noticioso y la banalidad del espectáculo, principalmente La televisión con la crónica rosa. Como afirma un comercial de la pequeña pantalla, “la imagen es todo”, con el mensaje implícito que lo demás es lo de menos.
El soporte jurídico para la actual confrontación es la Constitución aprobada por la Asamblea Nacional en 2008, cuyo articulado dice que las personas tienen derecho a recibir “información veraz, verificada, oportuna, contextualizada, plural, sin censura previa (…) y con responsabilidad
ulterior”.
El mandatario llegó rápidamente a la cima política precisamente con el apoyo de la prensa a la cual ahora combate. Para materializar su proyecto del Socialismo Siglo XXI con la “revolución ciudadana”, busca transformar las estructuras profundas de la economía y sociedad afectadas, según su opinión, por los impactos negativos de la “larga noche liberal”. Con el mismo estandarte del anti-imperialismo de algunos Presidentes de la Región: Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba, Correa ha abierto nuevos caminos para su política internacional que estrechan vínculos comerciales con Irán, China y Rusia, y un crítico discurso al rol cumplido por los organismos multilaterales de crédito.

Las raíces del pensamiento presidencial sobre el papel del Estado en el desarrollo económico y el rol que desempeñan los medios noticiosos encuentran similitudes con el ideario de Noam Chomsky, connotado lingüista norteamericano, crítico de la globalización y el libre mercado, y Heinz Dieterich, inspirador de los fundamentos que proponen la creación de una nueva sociedad “más allá del Estado y del mercado”.
La oposición al proyecto de ley, calificado anticipadamente como “Ley Moradaza”, destaca que lo que realmente se está poniendo en juego es el desarrollo de la economía y sociedad en libertad, orientados ahora por los estrechos límites del Estado. Las discusiones han omitido la consideración de circunstancias domésticas y mundiales que relacionan a la comunicación con experiencias de la economía y sociedad, que deben ser examinados en las realidades actuales. La última gran crisis financiera que contaminó la banda y sectores productivos globales, originada en Estados Unidos (2008), dio paso a formas inéditas de ver y encarar las ideologías expuestas en la economía política.
Para Rafael Correa esta circunstancia le posibilita justificar su objetivo resumido en la frase de René Ramírez, Secretario Nacional de Planificación: eliminar la “Estado burgués, corporativizado y privatizado”.
El afán presidencial para obtener el apoyo de la estructura de comunicación nacional a sus tesis sufrió severos traspiés por el estilo agresivo de su discurso, la incapacidad de poner en evidencia las fortalezas y conveniencias de su proyecto, y el desgaste sufrido en la Asamblea Nacional por su trámite prolongado. El trámite parlamentario experimentó deficiencias de todos los actores para presentar el futuro posible, diferenciándolo del deseable, y rescatar la importancia que tienen los procesos integrales de comunicación, desde otros ángulos del conocimiento, en la conducta del individuo y en los comportamientos sociales; en el fondo, en quienes actúan en el mercado.
Ausentes del conocimiento necesario para examinar las concepciones modernas de la información, el debate legislativo entre la mayoría oficialista con la oposición olvidó otros argumentos que inciden en la comunicación del escenario global, como el referido a las neurociencias. Experimentos múltiples de varias ciencias controladas por sofisticados equipos que monitorean las reacciones químicas y eléctricas de las neuronas cerebrales, han comprobado que las respuestas, acciones y conductas de las personas están determinadas por la información que recibe del entorno, como la de los medios de comunicación.

Otras investigaciones en el campo de la economía conductual también confirman estos hallazgos. Las decisiones personales de compra-inversión inducidas por sofisticados métodos y herramientas de la información llegan a modificar las tendencias de los mercados, impactando en la creación de nuevas empresas y generación de empleo. Al final de la cadena, en la mayor o menor gobernabilidad que inciden en los modelos democráticos.
Sharon Begley, laureada periodista norteamericana especializada en la divulgación de temas científicos, refiere como actúa la “ínsula”, pequeña región del cerebro, -sin que lo advierta la persona- en el momento de comprar cancelando en efectivo o con tarjeta de crédito. Los economistas de la conducta, entre los que se distinguen Daniel Kahneman y Vernon Smith, Premios Nobel 2002, encontraron importantes datos sobre las decisiones financieras de los individuos en las que intervienen poderosamente las emociones.
Este amplio, complejo y desconocido ámbito guarda íntima relación con el entorno comunicacional del individuo y de la sociedad; establece relaciones estrechas con otras ciencias fundamentales como la economía, psicología, sociología y una veintena de disciplinas que confluyen al novel conocimiento.
En Ecuador, si las discusiones de los asambleístas hubiesen considerado algunos de los planteamientos de las ciencias económicas, como los de la llamada Teoría Asimétrica de la Información (TIA), que prueba como las personas guían sus decisiones en el mercado con las “señales” (publicidad) que reciben de su entorno, se verificaría el poder que tienen las palabras, los sonidos  y las imágenes para inducir comportamientos en la sociedad. Este fenómeno fue comprobado dolorosamente por cientos de miles de ecuatorianos a finales de los noventa, con el congelamiento de sus depósitos en la banca y la pérdida de más de sesi mil millones de dólares. Los estudios apuntan la mayor culpabilidad a las autoridades de la Superintendencia de Bancos de entonces.

En ámbitos de mayor desarrollo, una declaración reciente de la Asociación Americana de Economistas, que agrupa al mayor número de laureados con el Nobel de Economía del mundo, puso la guinda en el pastel de los dramáticos cambios que se están operando en el campo de las ciencias. Reunidos a principios de año en Atlanta para hacer un acto de contrición sobre las garrafales equivocaciones cometidas por sus miembros, que fueron el detonante para la severa crisis de la economía estadounidense que contagió al planeta entero, admitieron paladinamente que las cifras, cálculos, teorías y proyecciones matemáticas formulados tradicionalmente por la ortodoxia económica había sido largamente superada por el comportamiento del ser humano. En el seno de las discusiones reconocieron las ineficiencias de los mercados y varios ilustres pensadores refrendaron las tesis sobre la irracionalidad de los individuos en muchas facetas del mercado.
Así, el análisis exhaustivo del fenómeno de la comunicación, con el aporte de las ciencias modernas, demuestra que la prensa desempeña un papel cada vez más trascendente en la toma de decisiones de los agentes económicos, pero también que su tarea de informar y orientar la opinión ciudadana resulta cada vez más compleja y difícil. Estos argumentos y otros que profundiza la agenda de VISIÓN, describen, en la práctica, el imposible físico de cumplir las directrices de la ley propuesta para entregar información veraz, verificada, oportuna y contextualizada. Cuando el mundo vive la era de la innovación –superadas las etapas de la información y del conocimiento-, las tareas de la comunicación profesional son radicalmente más complejas.

El salto del Homo Oeconomicus al Homo Ludens impone los conceptos del Psicoperiodismo y Neurocomunicación, como profesiones-síntesis de otras que, como las neurociencias y las teorías cuánticas, están relacionadas con las conductas humanas. Por ello resultó paradójico que en las farragosas deliberaciones parlamentarias se haya propuesto que el periodismo sea ejercido sin formación académica e ninguna clase.
En la necesidad de repensar la misión que hacia el futuro corresponde a la información, es el momento de mirar en la Región otros modelos de  comunicación, como el Development Journalism (Periodismo para el Desarrollo), idóneo para las condiciones de países con abundantes recursos naturales que destinan ínfimos porcentajes del Producto Interno Bruto a la investigación científica aplicada al desarrollo, y alojan a 224 millones de pobres y 95 millones de indigentes.
Para ellos la democracia es apenas una palabra que solo escuchan en sus aparatos de radio como parte de las tentaciones electorales. Estas realidades, entonces, imponen nuevos paradigmas para el periodista comunicador.
FIN.-

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